04 julio 2007

Días así


Vacaciones en la puerta, en la que solo me falta darle un empujon para entrar, sin pareja en un mar de ensimismamiento y dueña de mi propio ser y de mi tiempo completo, con pleitos con los profesores después de su discriminada actitud ante la crítica y calificaciones como parasitos de sus entrañas. Qué más podría desear si después unos tragos que aniquilan las neuronas me hacen respirar con más fuerza; que mas podría desear si mi vida es perfecta.
Pasaba ella caminando y con mi computadora entre mis dedos dibujaba su rostro en la mente, los pasos a mi espalda cuando continuó su camino se figuraban a los golpes de los albañiles rompiendo ladrillos para que embonaran en la pequeña casita blanca con cerca pequeña y jardín enorme con florecientes adornos de colores naturales.
Volvió a pasar o eso pensé cuando los pasos taconeados chocaban contra el suelo, pero no voltee, ¿cómo saber si ha pasado si no la he visto? Con sus piernas largas y los pantalones de licra negros. Me parpadea la ventana amarilla de la computadora cuando un mensaje ha tocado mi ventana; me distraigo con las palabras de una conversación trivial, cuando los sonidos a mi alrededor dicen más profundidades que el admirar el cielo con esa claridad opaca del azul luminoso que imagino con las nubes aborregadas; y las conversaciones fuertes pero poco entendibles no me dejan escuchar la claridad de la fuente que brota las gotas en su ciclicidad monótona, tan parecida al “quiero ser...” de la sabiduría del río; ella solo es una fanfarrona que es una maquina compuesta de engranes y pilas, como la memoria superdotada del lucido letrologo de las clases que recita un poema sin que nadie se lo dicte; mientras que el río mueve sus aguas en corrientes y rebotándolas con las piedras y desgastando el tiempo en sus cenizas.
Aquí me encuentro acariciando el lomo del pasto y él emocionado le ofrece conforte a mis caderas. Así son mis días luminosos con campanas y autos que suenan a lo lejos, cuando el aire helado roza mis mejillas y las yemas de mis escritores dedos y un humano galopa sus acontecimientos para no perdérselos y sus pasos disparejos y apresurados cambian el ritmo de mis ideas.
Así son mis días luminosos mientras espero la luminosidad de las estrellas en el telescopio o ya sea en la pantalla del salón mientras la sonrisa de mi profesor enseña más que nombres en el universo.

12 comentarios:

Unknown dijo...

Ya viene, un dia despues de mi cumpleaños y en el mes del de brisa... en 5 años siempre estuve ahi, aunque sea por telefono... y este año NO sera diferente... necesito localizarte.

Por cierto, necesito presentarte a una admiradora...

Miss Neumann dijo...

mis días luminosos significan VACACIÓN, lastima que por lo pronto no se acercarán!

Anónimo dijo...

En vacaciones a veces no sabemos qué hacer con el tiempo, se no queda como un corsé, apretado y tumultuoso, o como una bata de loquero, holgado y flotante, eterno en su linealidad.
La escritura siempre es un recurso excelente para pelearnos con él.
Un abrazo.

Juvenal Sartorius dijo...

Hermosa entrada. Espero verte sentada en el medio de esa plaza, con tu gran libro abierto.

Saludos

Anónimo dijo...

Quisiera tener tiempo...

Anónimo dijo...

Buena entrada para celebrar mi primer dia de relax al sol...
un abrazo y feliz fin de semana.

Paços de Audiência dijo...

Vacaciones, un placer y no saber que hacer con nuestro tiempo. Siempre nos quedarán los libros.

Borrego dijo...

Me late.

Sandra Becerril dijo...

Las vacaciones no siempre son lo que uno espera...

besos

Shadow Walker dijo...

Vacaciones.. algo preciado y sobrevalorado, puede ser fuente de muchas ideas y creaciones o de una enajenacion destructiva.
Ojala que las disfrutes y saques algo bueno de ellas. Un saludo.

N.Blondie dijo...

que chidoo, yo ando estos dias muy poco imaginativa, me ha encatado tu escrito por toda esa fluidez

un beso enorme

Anónimo dijo...

Solo pasaba a saludar y dejarte un abrazo.

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