30 octubre 2007

cansada

me gustaba antes acurrucarme en la sala de mi casa a esperar a mi mejor amigo a que llegará de trabajar a las 11:30 a veces casi las 12 de la noche, leyendo un buen libro y dejando pasar el tiempo mientras me relajaba haciendo tarea, esas tareas hobbies en las que da gusto ser cumplido. Después mi vida dio un giro inmenso y todo lo que yo me preguntaba cuando llegaría estando en esta ciudad tan grande donde ahora vivo, me llegó todo de un sólo jalón. Fue tan dura la zarandeada, que ahora es mi amigo el que me espera en la sala a que llegue y por las mañanas desaparezco antes de que cante el gallo.
los libros me hacen ojitos de tristeza y yo los contemplo aislados con las letras sangrando aplastadas sin que nadie les de un poco de aire al leerlas.
He conocido gente muy agradable, tengo un buen trabajo, algun beso o caricia perdidad que me suba el animo y estoy luchando por que la cultura sea conocida; todo va bien, excepto esas arañitas que no me dejan en paz y me recorren el cuerpo con cosquillas imaginarias que no me puedo rascar. por las noches me asaltan escalofríos y me lleno de cobijas pesadas que me impiden la movilidad, pero no me calientan.
a veces quisiera no haberlo conocido nunca, ese pequeño duendecito que asalta mis ideas y se la pasa brincando por las nubecitas de cabeza, tanco brincotea que llueve y es agradable refrescarse, pero mientras tanto me da una jaqueca que me dan ganas de arrancarme el cuero cabelludo abrirme el craneo y masajearme con toques electricos las neuronas.

18 octubre 2007

Triste otoño

No lo podemos evitar, sólo somos especiales porque alguien fija su atención en alguna de nosotras, tenemos muchas hermanas y tan parecidas unas de otras que es difícil que alguien nos note.
Nacemos enrolladas y a diferencia de los humanos entre más verde es nuestro color, más sanas y nuevas estamos. Cuando somos viejos tenemos que estarnos aferrando a los brazos de la casa por cualquier brisa, porque se corre el riesgo de caer.
Al principio cuando somos jóvenes nos mecemos, reímos y cantamos mil sinfonías con el viento. Cuando somos viejos esperamos el último viaje, el que nos hace volar lejos y ser diferentes, conocer otros mundos, es el último viaje pero es el mejor y entre más fuerte sople el viento más alto y más lejos volamos. Al caer nos gusta que alguien se acomode entre nosotras para poder crujir con nuestros huesos y seguir cantando.
Yo no podré crujir nunca por última vez, pues para mi desgracia, he caído en un balcón de un viejito loco que me ha pegado en la ventana y me ha puesto un altar, porque según él, tengo una virgen en la panza.

09 octubre 2007

Carpe Diem


Después de mucho entrenamiento, tenemos que comer, es el ciclo que nos hace reencarnar una y otra vez, volamos y si no podemos mantenernos a flote terminamos por caer y estrellarnos duramente con el primer objeto que se nos atraviese, morimos y nos elevamos como por arte de magia a nuestro lugar, a volverlo a intentar a tratar de volar de nuevo, dicen que los que trascienden ya no regresan que por fin aprenden a volar, yo no he podido llegar a esa iluminación; entre más intento caer con el menos peso para poder flotar es inútil, pero debo admitir que voy mejorando con los años y cada vez soy más delgada, las almas nuevas al principio son muy gorditas, no pueden arrancarse a brincar al menos que su peso se los obligue.
Yo todavía tengo mucho que aprender, pero creo que lo voy logrando con los esfuerzos, ya me empiezan a tener respeto las gorditas que me ven lanzarme en menos de la mitad del entrenamiento.

- Mira aquella que se regocija tratando de ser delgada y caer, trata de flotar; mirar a todas aquellas que la siguen y la alaban por su ligereza, yo estuve en su lugar, trataba de flotar cada vez por más tiempo, ahora que no puedo regresar me entristezco, el nirvana no está en llegar a ser sabio, está en el aprendizaje; yo quisiera poder pesar y ser la gota más gorda de la ventana o del parabrisas y con suerte algún chico me vea caer cómo resbalo por el vidrio en una danza vertical ligera y tranquilizante, ahora me encuentro flotando esperando ser atrapada por alguna nube que me quiera recibir y perdonarme mi obstinación de querer flotar.
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NoDerivs 2.5 License.