08 julio 2013

4ta dimensión

Me desperté, sin tener ganas de levantarme sabía que si cerraba los ojos podría volverme a dormir y tener sueños alucinantes a la mitad de la realidad, abriría los ojos con fastidio y un latido en la cabeza me estaría acompañando a lo largo de la mañana, ya lo había hecho antes, de modo que con mucho esfuerzo puse un pie abajo. Sin llegar a levantarme puse el otro pie en el suelo solo rodé un poco para salir de la cama, hacía frío. Tenía que tomarme el medicamento, de modo que tenía que desayunar, salí del cuarto y vi los platos sucios de la cena de anoche. De que me sirve lavarlos si mañana será lo mismo, estarán los mismos platos sucios, lo único que cambiará es el tipo de suciedad que hay en ellos. A veces varonitas de pan mezcladas con mermelada, o quizá un poco de la comida que sobró en la tarde; pero serán los mismos platos que tengo que lavar cada mañana una y otra vez. No encuentro nada decente para desayunar, hay un huevo, pan tostado y una rebanada de jamón. Puros medios desayunos. Pero tengo que desayunar algo para tomarme la pastilla, agarro un pan tostado y le pongo una mísera rebanada de jamón encima, eso será suficiente. Aún tengo hambre pero, ¿hacerme el huevo? Tendría que lavar el sartén o lo demás. Mejor prenderé el televisor, le cambio y le cambio, pero nada parece cambiar, los mismos programas de siempre, los mismos chistes usados una y otra vez, películas dobladas o de antaño que ya ni mi época refleja un gusto por ellas. Le pongo mute, agarro la computadora, tal vez está vez pueda escribir algo… abro Word… Y nada… Un chico caminaba por el museo de Louvre y admiraba las grandes pinturas de los grandes pintores, caminaba sobre la noche estrellada de Van Gogh brincando de una estrella a otra, se sentía tan manchado de colores encima que sintió como si le sangrara la oreja. Dalí como uso Dalí. Pasillo tras pasillo obra tras obra, ahí estaba el tiempo, se derretía, los pasillos se alargaban y ya era de cerrar y todavía no terminaba de pasar y ni siquiera deteniéndose a ver el detalle de las pinceladas o las pequeñas personas perfectas hechas de miniatura. Dali es un genio. No se formaría en esa fila interminable por ver a la Gioconda, el cuadro era tan pequeño que le pareció ridículo. ¿Qué otro pintor? ¿Picasso? Picasso le parecían recortes mal hechos de una revista y aventados al azar, mujeres deformes enseñando sus cuerpos, ¿quién pagaría por cogerse a una vieja de chichis cuadradas? Y en estos tiempos cuando es tan barato pagando 50 pesos de cover y una o dos cervezas. Dejo la computadora, no sé a dónde irá aquel chico del museo y realmente ha dejado de importarme. Tengo que lavar los trastes, él vendrá y no he hecho nada, ni siquiera he escrito algo como pretexto. ¿Qué he hecho? No vi la película del perro que hablaba, tampoco lavé los trastes, ni cociné ni escribí. Creo que sólo se me escurrió el tiempo en mi imaginación. Nadie creerá lo cansada que estoy de estar recorriendo un museo interminable para ver solo tres obras. Ya tengo hambre, tal vez nunca se me quitó ¿Qué hay? Nada, si no había un desayuno decente mucho menos una comida decente. Los patos se reían y el sonido de sus carcajadas me llegaban por la ventana, las palomas cucurruqueaban ese canto de enamoradas. Las espanto no quiero más huevos o quizá esta vez los haré de desayuno, el día es hermoso afuera, estoy en un cuarto piso, tengo que bajar cuatro largos pisos para llegar. Tal vez ahí el chico del museo despierte de un gran sueño, pero tengo hambre, la computadora tiene poca pila. Un papel como en los viejos tiempos, tengo hambre. Tal vez haga algo de comer, que hay carne molida aún es verdad. Sigue ahí congelada, tendré que esperar a que se descongele. ¿Cuánto tiempo? Si ya son las tres. Ya es hora de comer y tengo que tomarme la sig. pastilla. Saco la carne del congelador y me doy cuenta, aah ahí estaban las tortillas, mi hermano las guardó en el congelador ¿Qué comeré? haré el huevo, un solo huevo con un pan tostado para poder tomarme la pastilla. Listo ¿La carne se habrá descongelado? No sigue dura como piedra, bueno con que la pueda desprender de la charola será suficiente, el sartén hará el resto, ¿con qué? Un jitomate y una cebolla tal vez un poco de pimienta y sal. Listo. ¡Qué insípido!, pero es comida. Ya va a llegar él son las 7 de trabajar y ¿qué dirá?, no recogiste nada. Que la tele está prendida, no me gusta el sonido de la soledad me hace sentir sola. Me ha encontrado comiendo, ya tiene hambre y no preparé la cena. ¿Qué película viste? Ninguna ¿Qué comiste? Prácticamente nada ¿Qué recogiste? Mm nada. Así se me ha ido el tiempo y siempre el reloj me juega esa horrible broma de considerarme una inútil, de que ha servido que me esforzara tanto en levantarme. Me grita, le grito, ¿soy una inútil y una huevona? Él ni siquiera me deja dinero para comer. ¿Qué cree que estuve haciendo divirtiéndome? Nooo, no me dio tiempo para nada. Me enojo él se sienta a ver la televisión y me pongo a hacer la cena, ni siquiera me ayuda. Termino de comer y comienzo a hacer la cena. Come y se molesta todo está en desorden y ya no tiene calzones limpios para ir a trabajar mañana. Qué quiere, el tiempo me hace trampa. Mañana creo que me quedaré un poco más en la cama. De todos modos el tiempo hace lo que se le da la gana.

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