02 diciembre 2007

Filosofía de vida


A veces nos sentimos más libres encerrados en nuestros cuartos con la ventana abierta y las cortinas cerradas, dejando entrar la luz por la pequeña ranura que se abre de vez en cuando entre la tela cuando sopla el viento, a veces nos sentimos encerrados añorando en el campo los buenos tiempos y respirando el aire denso del smog de la ciudad mientras recordamos, ..:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />

Yo hoy me siento libre en la comodidad de una hoja virtual y unas teclas que tienen pintadas letras, al presionarlas parece que se imprimen como maquina de escribir, desgraciadamente al tocar la pantalla no puedo sentirlas ni arrancarlas con los dientes o saborear la tinta con la punta de la lengua, me consuelo con una taza de café y para los que no sepan, cayendo en irregularidades como es mi persona, el café me transporta a ese mundo interno donde nadie existe y la realidad se desfigura en ondas surreales de colores entre mezclados y el piso cae en un estado de terremoto donde lo único que no se tambalea soy yo, mientras todo se mueve yo permanezco inmóvil con las manos temblorínas y la vista más potente que un águila que sólo puede ver comida diminuta en el campo, yo veo más allá de este mundo lleno de deformaciones oblicuas, yo veo sentimientos, yo veo reacciones y emociones, yo veo sintiendo, porque los ojos ya no sirven para nada más que estar sumergidos en café, y absorber las pequeñas partículas embriagantes. Los remojo para luego saborearlos en mi boca y al apretarlos con mis labios y esa sensación suave que me produce en la boca me provoca el placer mas dulce.

Mis manos tiemblan, es lo único en mí que se mueve, ellas hablan, se mueven y se convulsionan para poder mantenerme en la irrealidad que todos llaman real, pero yo siempre me pregunto; pero no es que están tan acostumbrados a cerrar los ojos y nos educan a ver a mamá y a papá esos entes que cuidan de nosotros mientras podemos funcionar en este mundo de intercambios monetarios, estamos tan acostumbrados a funcionar como los demás que se nos olvida soñar.

Creo que a veces funciono demasiado y es por eso que recurro al café, para poder volver a la realidad, a la que tengo más cerca, a la que puedo vivir, tocar y saborear sin usar mi cuerpo, para poder ser yo y no un yo con los demás; me gusta regresar a ser un ser completo donde los demás son parte del yo y no ellos estén a parte con los ojos vacíos juzgando la irrealidad que no tiene sentido juzgar, no has hecho nada de tu vida, te la pasas frente a la computadora, con la puerta con llave y la música a todo volumen, no pueden acaso entender la poca realidad, en la que viven y la llaman realidad, se creen normales viviendo un mundo de ilusión cuando no se atreven ni siquiera a cerrar los ojos y sentir porque tanto contacto les da ansiedad y se sienten lejanos a ese mundo al que realmente pertenecen, pregúntale a un ezquizofrénico cuantas veces ha vivido, pregúntale su mundo, pregúntale, el que se da cuenta de donde vivimos admitirá que desea salirse de donde vive porque es más fácil evadirse, siempre es más fácil no vivir que seguir viviendo, siempre es más fácil jugar que ser responsable con todo lo que no es cuerpo, pero a veces nos tomamos tan en serio el juego que nos desgarramos las venas cuando perdemos y nos quitamos vidas. A mí me gusta soñar que somos libres, pero luego me hacen jugar a fuerza, por aquello a lo que le llaman convivir, para eso inventamos los juegos para convivir, pero a veces el juego es tan pesado que inventamos juegos dentro del juego para poder convivir como creyendo que no estamos jugando.

Y si me gusta saborear de vez en cuando mi vida, y si me gusta tocarme y sentir y sentir que soy y mi cuerpo no existe, y si me gusta ser conciente y voltear las tripas, las venas y los nervios, para que el viento con las cuerdas de mi cuerpo pueda crear armonía haciéndome vibrar, y si me gusta hacer eso, porque tengo que adaptarme a no sentir para ser normal, para convivir, porque tengo que adaptarme para creer que soy feliz cuando la sonrisa es vacía, porque no puedo colgar los ojos y dejarlos en blanco porque voltean para dentro?, para poder jugar?, que tal si no me gusta ese juego, que tal si me gusta sacar pedacitos de mí al juego escribiendo, que tal si puedo convivir sin estar con ellos, que tal? No es posible jugar cuando no se tiene ganas y tener que estar perdiendo por el disgusto de la inexperiencia en el juego.

Todos están jugando, que se les olvida que también se puede convivir sin juZgar

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es normal, no te preocupes, todo es un juego

besitos

Miss B. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miss B. dijo...

hoLa Caiguar!
A diferencia de ti, creo que Yo nunca funciono demasiado... UPs!
Convivir si juzgar, dificil pero satisfactorio cuando en verdad se emplea...
Qué chido escribes niña, tanto que a veces me intimidas...
OYE! me caes vario bien (aunque no hayas querido ser mi amiga de pulseras iguales, snif! snif!)

Y que me debes unas fotos para mi posto, sabeeeeeeeee!

Miss B. dijo...

ay no sé cómo le hice que dupliqué comment así que mejor borré uno...

saluditos cachetones!

Alberto dijo...

Todo en esta vida forma parte de un juego entre tiempo , azar y los peones que transitamos el tablero...

Alberto dijo...

itoiz_alberto@hotmail.com

un abrazo!

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