22 noviembre 2007

El peligro de las ideas


Y si tuviéramos que volar para convertirnos en dioses? Tal vez habría menos sobre-población por los excesivos suicidios consecuencia de altos egos y necedades humanas.
No habría muchos rascacielos y sí así fuera, la entrada a la azotea tendría altos niveles de seguridad.
Aumentarían las sicosis del miedo a las alturas o quererse tirar por la ventana.
Admiraríamos con gran emoción el vuelo de las aves y serían reconocidas como nuestros antepasados evolucionados, les haríamos funerales dignos de su vuelo; a cualquier ave muerta que encontráramos en el camino o que se estrellara contra la ventana, las honraríamos con altares, fiestas y rituales.
Nuestra obsesión por volar provocaría ilusionistas cada vez más sorprendentes en sus técnicas de sostener el cuerpo suspendido en el aire o volar con ligereza; además habría sectas enemigas de la mentira óptica que los tacharía de satánicos.
La tecnología estaría enfocada al vuelo, habría accidentes de autos por la confusión de perder el camino sólo señalado con algunos anuncios de transito o dibujado en la computadora incrustada en el tablero del auto.
Los más baratos se elevarían poco o inclusive se deslizarían por tierra y las clases sociales más poderosas económicamente hablando se distinguirían literalmente por moverse por encima de los demás.
Las niñas de clase alta en lugar de tomar clases de piano o ballet, tomarían clases de meditación con la única meta de elevar el cuerpo. Claro que se prestaría a la charlatanería, una ilusión óptica básica, en la que todos estarían de acuerdo y sería un secreto a voces, como un mito urbano real; por que conocer la técnica les dará caché; los hombres tendrían porte y las mujeres sensualidad.
Cómo siempre en telemarketing y el mercado negro no puede faltar estar a la venta diferentes técnicas básicas de ilusión deformando la elevación a lo comercial; para que fuera accesible para todos y por su puesto la clase alta estaría en contra por ésta degradación aunque al fin y al cabo estarían haciendo lo mismo.
Las mujeres usarían zapatos altos desde pequeñas como un entrenamiento tan riguroso e importante como un buen comportamiento en la mesa; ejercicios de tobillos para fortalecerlos, como denotación de una buena educación en casa; los niños también usarían plataformas y serían comunes las fajas para los tobillos; la moda y los diseñadores enfocarían mucha de su creatividad en calcetines.
Las diferencias filosóficas de vida estarían en los distintos enfoques y definiciones de volar. Se hablaría del vuelo espiritual, el vuelo físico, el vuelo del sueño con todas sus connotaciones que esto conllevaría.
Incluso se modificaría la idea y bajo las distinciones anteriores se indagaría en la muerte, el propósito de vida, ¿qué nos lleva a volar? Si volamos quizá no seríamos dioses, sólo angeles, seguidores de Dios. Creerían en la reencarnación de las aves y el animal más indeseable sería por supuesto el rastrero. Habría una biblia avícola con toda una explicación teológica de las aves. Los sacerdotes serían expertos en el tema y contarían con un aviario propio en su casa.
Roma se escucharía de lejos por el sonido estruendoso del canto de las aves, habría una renovación constante de arquitectura y mantenimiento por la descomposición causada por el deshecho de las aves y los ateos se quejarían del alto costo que esto implica, alegando la desnutrición infantil y la sobrepoblación avícola.
¿Sería mejor o peor este mundo? En realidad tendría sus pros y sus contras como todo, sólo sería diferente, sólo sería un mundo diferente. Si nos ponemos a pensar en todas las consecuencias que causa cambiar alguna idea y que nuestra personalidad está construida por lo que pensamos. Tendremos que asustarnos de nuestros defectos. Destrocemos el ego y cambiemos.
Mantengamos los pies en la tierra

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dice mi otrora admirado NV "ya no tengo edad para volar..." Pero yo no quiero creerle, creo que todos deberímos volar, o por lo menos darnos la hostia intentándolo

besitos

looser_0274 dijo...

Que tu boca sea santa y que algun dia podamos experimentar la ingravida sensecion de volar.
Beso mi nena.

Borrego dijo...

Oye, ya puse mi aporte del mes con tu tema, espero te guste, lo surreal no es algo en lo que me tiendo a inclinar mucho.


( Qué redundante, no escribí eso bien, bueno, ni pex ).

Miss B. dijo...

¿mantener los pies en la Tierra?
mmmmmmmmmmm....
a mí si me gusta volar, eso me recuerda a mi mariposa, ella perdio sus alas

Caiguar dijo...

Jeje, creo que nadie a entendido lo de "los pies en la tierra" todo es cuestión por cambiar los defectos, volemos pero con los pies en la tierra, porque hay que darnos cuenta de la realidad para cambiar y soñar para disfrutar.
besitos a todos

Unknown dijo...

buen post!
hay muchos egocentristas en este mundo!!

Miss B. dijo...

AHHHHHH! ya entendí.....

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