
Quisiera despellejarte poco a poco, tira por tira, como los pétalos de una margarita en el juego amoroso infantil del “me quiere, no me quiere”y, terminar con el mismo final, un tallo verde que va a morir, quisiera verte bañado en tu sangre cuando sin piel te encuentres ante mi desnudo.
Quisiera despedazarte y dividirte en mil pedazos para sembrar mi odio, así como cuando niña me enseñaron a soplarle al diente de león y esparcirlo por el campo esperando algún retoño, esperando sonreír al ver tu cuerpo inundando mi cuarto.
Quisiera verte florecer de la forma más bella, para después contemplar como te marchitas con el potente sol y la humedad mísera, verte agachar la cabeza poco a poco, como el girasol cuando el sol se oculta agacha los pétalos y simulan su tristeza.
Quisiera, quisiera... verte morir lento, triturarte como un mosquito atrapado en una planta carnívora, absorberte lentamente mientras estás atrapado sin poder separarte de mi miel que te mantiene pegado a mis tentáculos, alimentarme de tu ser succionando hasta dejarte inconsciente, cuando lentamente me muevo para envolverte.
Te quiero, te amo; soñarte en una belleza sumida en sangre con papel celofán rojo y abrazarte sosteniendo el puñal mientras cierro los ojos y pienso, que quisiera, que me gustaría morder tu alma y masticar tu esencia.